sábado, 16 de enero de 2010

Cuando (tarta)mudeo


Me dejo caer en las manos tibias, un poco menos en las manos frías, me amarro los dientes a la manilla fija, me mueve el cuerpo entero, casi no rodé, sólo me convencí. Todo menos un poco de tripas, no quiero más de esas, si me traen sesos nuevos, estaría un poco mejor. Aunque me digan que por las tripas necesito el té, por qué no evitar el té ? Destiñe al corazón? O delata al pulso?

Jamás tomen conciencia, es el peor antibiótico existente, pero es tan recomendado. Nunca pulsen de nuevo al convencimiento, nunca peguen manos frías en caras tibias. SILVAR, SILVAR, Y TARAREAR mas que pensar, un desastre perpetuo casi amarillo. Bueno bueno, pongámonos serios, traje unas piedras para lanzar, traje unos zapatos para mojar, traje unos pañuelos para conquistar, traje unos calcetines para rimar; sólo olvide mis extractos para arreglar.

1 comentario:

Diríjame la palabra

Textos anteriores