lunes, 1 de febrero de 2010

El sentido, ¿dónde está?
¿Dónde duermen mis zumbidos?
¡Qué desesperante es rascarse!, !Qué desesperante es burlarse!
Frenillos p a r a m i s dedos, pero ¡ya!
Tornillos para mis huesos, mañana ¡ya!

Y nada de reclamos, todo en pies descalzos.

Por supuesto que reclamo (dicen los otros grillos)
¡Por nada en pies descalzos!

Por más de siete segundos discutiendo el caso
y cada palabra demoraba 2 segundos en pronunciarse

En fin, estamos normales, estrujando las manos, levantando los dientes, saltando los pies,















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2 comentarios:

  1. Nubes para despertarse y caer (dejar) cubierto de sangre el reloj, y que el atardecer realmente sea rojo (excepcionando si es mi sangre, que cree ser invisible sólo porque no se deja oír, sólo por salir por los ojos al mismo tiempo que pestañea un mudo que calza 42. Cree ser amarga sólo por no tener una lengua al lado del lagrimal cuando lloro. Cree importarle al que me importa, pero me importa que le importe y no me importo si a él no le importa. Déjame decirte que el tabaco sabe a chicle de malos entendidos, déjame correr y lanzarme del décimo para sentir que en cualquier momento voy a volar y no va a existir ninguna caída. Déjame vomitar los pájaros que habitan en mi garganta. Déjame en medio de la nada para no encontrarme ni siquiera yo. Y despertar y saber que no sé, pero que Beatriz.

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