jueves, 13 de enero de 2011




Una sola pieza de diseño.
Un solo hogar carnicero.
Amonesto por simples fantasías
y
ruego por falta de vitaminas.
Aunque no crea en nada de hipocresía
bastará decir que mi resto es alegría

¡Qué gente más sinvergüenza me he encontrado!
Pero brindé por mi hijo enrollado en tu cadera
adherido a tus venas y soportado por mi hierba.

Hierba que descansa de matorrales secos
y castiga mi porfiada sed.


Omitiré cosas, muchas cosas más.

Y pensar que he sido más pequeña que hoy.

1 comentario:

Diríjame la palabra

Textos anteriores