Nadie quiere verte, ni oírte reir.
Ni en tus axilas hay atención prestada
tu sudor, tu poca ternura, tu anti simpatía
descalibra y no encanta, sin embargo, embarga.
Sujeto tus hombros para moverlos y que se vean
que hablen con otros hombros, pero nadie les mira.
Nadie te tolera, nadie te quiere cerca.
Estás dándote cuenta y aun no te afecta,
tu boca no muere y tu aliento procesa, distingue
y perversa.
Lamentablemente te diste cuenta, te paraste y rompiste la
silla, en un hincapié te soltaste y desmenuzaste,
embobaste y te tiraste.
¡No tienes ni un control!, pensó para sí.
Se estresó el mentor, se acabó mi discusión.
Forré tus sesos y limpié tus ácidos pasos.
Eres nadie, estás en la nada.
No tienes nada y mueres por nadie.
Por las aguas de la red encontré tu barquito de papel, genial presentación chica.
ResponderEliminarSaludos.
Oye, esa Beatriz no soy yo.
ResponderEliminarBea.