martes, 11 de diciembre de 2012

Siento las manos con sabor a picante
debe ser porque extrañaba escribir un poco
el desahogo de sentirse simple
ser simple con sólo estrujarse desde adentro.

Admito, aunque no siempre, lo bien que se ha sentido el corazón
cuando todo anda correctamente, los latidos se ajustan.

Después de unas neuronas menos, me tiendo a decir que
no sé qué vuelo tomaré mañana 
y
no necesito saber qué en qué estaré pasado mañana.

Siempre se aproxima lentamente y otras fugaz
la mala pata, la mala suerte, la simple mala cuea.
Como buen día miércoles de tradición de un día
poco fortuito. 

Siempre me confundo escribiendo
aparecen cosas de a poco
y me vuelvo a conocer o a reencontrar con el nido
ese que hace conexión con la cabeza y el cucharón.

Estoy recién empezando.

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